La sanidad del abuso sexual
“Más él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la
forzó, y se acostó con ella. Luego
la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la
aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón:
Levántate,y vete”.
2
Samuel 13:14-15
El pasaje que acabamos de leer es quizás uno de
los más fuertes y violentos de la Palabra de Dios y muestra lo profundo de las
malas pasiones a que un hombre puede llegar. Dios había dicho que la espada no
se apartaría de la casa de David pero no fue solo la espada, sino también la
deshora familiar por su desobediencia con Betsabé ,y aquí leemos de algunas de
las consecuencias.
Ammón hijo
del rey se enciende en lascivia por su hermana Tamar, aconsejado por su amigo
Jonadab trama la perversidad, se fingió enfermo y pide a su padre que le envíe
a su hermana para cuidar de él. Tamar ya en casa de Amnón es forzada, ultrajada
y violada.
Enfrentar una violación o un abuso sexual no es fácil,
pero, ¿qué debe hacerse cuando ya se ha producido?, ¿qué pasa si me ocurrió un
abuso en la infancia por algún familiar o un extraño? La palabra de Dios tiene
respuesta, se deben seguir dos pasos;
Primero: ¡perdonar al agresor!, Este último fue usado por Satanás
y cedió a su concupiscencia.
Segundo: pedir Sanidad a Dios mediante El Espíritu Santo lo
cual será un proceso progresivo hasta quedar totalmente restaurada o restaurado.
¡No existe ningún trauma emocional ni físico que pueda con El Gran Consolador!
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