martes, 25 de abril de 2017

¡La lepra del pecado!

“Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote”.
Levítico 13:9
La lepra es una enfermedad contagiosa en la cual ¡la carne se cae a pedazos, los dolores más agudos y terribles son producidos, supuración de la piel, sangrado! No podemos ni siquiera imaginar lo espantoso de estos dolores. Tal era la condición a la que se exponían los Israelitas que avanzaban por un desierto cruel y espantoso rumbo a Canaán, la falta de agua o negligencia en el aseo corporal resultaban muy peligroso para la salud física del pueblo nómada rumbo a la tierra que fluye leche y miel.
La ley levítica da instrucciones específicas para las normas de higiene y las había para los casos de lepra en el campamento. Un hombre en tal condición de desgracia podía contagiar a los sanos y producir una pandemia. El enfermo primeramente debía procurar acercarse al sacerdote Aarón, quien debía revisar la herida en la piel y dar el diagnóstico en cuanto a lo crónico y avance de ésta, y para que este prescribiera la medicina y el tratamiento.
 ¿Pero que nos está queriendo enseñar El Espíritu Santo con esta Escritura a los creyentes del Nuevo Pacto? La lepra en la Palabra De Dios tipifica el Pecado, ésta empieza con una pequeña mancha en la piel y se extiende por todo el cuerpo, ese es el poder de la ley del pecado.  Ahora, qué debe hacer ya que esa mancha este apareciendo en su corazón? La Palabra nos da la respuesta “será traído al Sacerdote” debe ir al Sacerdote el cual es Cristo y confesar, no trate usted de esconder la infección, no se engañe así mismo la inmundicia comenzara a dar mal olor.  
 Permítame invitarle a orar con Fe en su Corazón mientras lee;

¡Padre lávame y sáname de mi maldad, te pido esto,en el nombre de Jesús,                                                        me acerco ante su trono y me arrepiento! ¡Amén!

                                                                                             José Fernández


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