miércoles, 26 de abril de 2017

La restauración


 “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” 
                                                                                                             Gálatas 6:1 

Las Iglesias de Galacia tenía grandes problemas en cuanto al judaísmo se había introducido una corriente legalista que pretendía apartar a los hermanos de la genuina fe en Cristo (he observado que cuando una falsa doctrina aparece en la Iglesia, afecta directamente las obras de justicia o moralidad de los creyentes) a consecuencia de esto los hermanos habían comenzado a vivir para Dios por las obras de la ley, el apóstol Pablo guiado por el Espíritu Santo explica que este no es camino del Cristiano, pues al seguir esta ruta invariablemente será preso de la ley del pecado. Ahora, el camino de la ley invariablemente conduce a las obras de la carne.

 Y manifiestas son las obras de la carne, que son:

“adulterio, fornicación, inmundicia,lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,disensiones,herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
                                                                               Gálatas 5;19,21.        
    
¿Qué ocurre cuando un hermano o nosotros mismos ha caído en pecado?, bien el versículo nos da la respuesta ¡los espirituales deben restaurar con espíritu de mansedumbre!  El verbo restaurar conlleva la idea de colocar un hueso zafado en su lugar.
¡hermanos míos, debemos pedir al Señor que nos dé el ministerio de restauración!

Ahora, le pido que reflexione y piense en algún hermano que ha caído y que está necesitando de su visita u oración.




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