martes, 20 de junio de 2017

¡HIJO (A) VUÉLVETE A MI!

Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años. Jueces 13:1

    El periodo de los Jueces fue una época en la cual el pueblo ya se encontraba establecido en la tierra prometida, aunque no la habían conquistado totalmente se sucedían constates luchas contra aquellos moradores del lugar llamados los filisteos.   Los Hijos de Israel habían vuelto a hacer lo malo ante los ojos de jehová.
    De igual manera los Hijos de Dios hoy nos encontramos establecidos en Cristo unidos con El, en su vida y en su muerte ya no vivimos nosotros, ahora Cristo vive en nosotros,El nos ha Redimido como pueblo suyo y también enfrentamos lucha contra nuestros enemigos espirituales.
   El pecado tiene ese poder de ser adictivo, reiterativo, dulce como manzana y al final amargo. Israel estaba encadenado, aunque no a faraón y a los trabajos forzados de Egipto, sino al pecado, (el que hace pecado esclavo es del pecado) habían dejado a jehová por los ídolos de aquellas regiones.   Y un ídolo siempre encadenara a la desobediencia y a la maldad.
   El versículo también nos muestra que jehová los entrego a manos de los filisteos, realmente el Señor permitir que en su rebeldía el pueblo callera en derrota y disciplina por 40 años. La advertencia para los creyentes está clara en este pasaje no debemos volver a practicar lo que antes practicábamos pues caeremos en derrota espiritual enfriamiento en la Comunión con Cristo y tibieza (Santiago 4:17 dice; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado).
    Usted que lee esto ¡ah caído! Nuevamente, ¡está en derrota y frio!, volvió a hacer lo malo!  Por favor le animo a que ¡clave sus ojos en Jesús! Y coloque su Fe en el Redentor: ahora aprópiese en esa misma fe en esta Promesa de la Palabra de Dios. El Espíritu Santo desea tratar con su Corazón; para que reanude su Comunión con Cristo;
Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.   Isaías 44:22

                                                                                  ¡Amen!

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