Consideremos la parte científica
de este miembro de nuestros cuerpos: La lengua es un hidrostato muscular, un
órgano (contiene glándulas salivales) móvil situado en el interior de la boca,
impar, medio y simétrico, que desempeña importantes funciones como la
hidratación de boca y alimentos mediante la salivación, la deglución, el
lenguaje y el sentido del gusto[1]
Este aparato físico, tiene la
virtud o el vicio de trasformar las vibraciones físicas en expresiones
espirituales, las palabras. Y Ellas tienen
el poder de trasladar un mensaje desde lo que hay en el propio corazón hacia el
corazón del prójimo, consideremos, La Palabra del Señor Jesucristo.
El hombre bueno, del buen tesoro
de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón
saca lo malo; porque de la abundancia
del corazón habla la boca . Lucas 6:45.
Nuestros Señor Jesucristo nos enseña
que lo que abunde en el corazón será lo que sale desde la boca, es decir por la
lengua, piense en lo siguiente: si su corazón se llena de películas de Hollywood
y de todo ese entretenimiento al cual le invierte horas usted terminara
hablando de las escenas y los actores. Imagine que una película dura en
promedio 2.5 horas. Pasan a ante sus
ojos escenas de violencia, sexo, romance. ¿a dónde piensa usted que esas cosas
fueron a parar, dónde se depositan?, ¿pasaran transitoriamente solo por la mente?
La respuesta es ¡no!, Ya que se depositan en el corazón tal como la arena se va
almacenando en el fondo del lecho de un rio. La abundancia del corazón entonces
debe volver a salir por la boca.
¿Qué tesoro hay abundante en
nuestro corazón?, ¿llenamos con la Palabra de Dios nuestro corazón?, ¿ está hablando insensateces y no sabe porque?.